Los principales referentes del PRO se reunieron este martes al mediodía y coincidieron en la frase “tema terminado” para dejar en evidencia que la tensión interna tras las diferencias por el accionar de la Policía de la Ciudad el fin de semana en la casa de Cristina Kirchner, era un tema superado. Sin embargo, Patricia Bullrich dejó en claro que no retrocedió en su postura.
“Hemos estado deliberando a cuáles son las miradas y cómo tratar asuntos como el que se dio el fin de semana. Nosotros hemos sostenido una posición en el sentido que la sociedad tiene que ser absolutamente protegida. Mantuvimos esta posición”, dijo Patricia Bullrich al retirarse del encuentro en Costanera Norte.
“Hemos decidido dar por cerrado este hecho y hemos decidido también que cuando el gobierno toma decisiones, previa consultas respecto al apoyo que necesita, debe mantener la posición tomada. En el caso contrario simplemente no preguntar y de esa manera hacerse cargo de las decisiones que toma. Entonces será su posición. Hemos quedado en ser cautos y claros”, finalizó.
Por su parte, la exgobernadora María Eugenia Vidal también buscó dejar atrás el episodio.
“Ella dio su opinión y es un tema terminado”, remarcó Vidal en referencia a las críticas que manifestó Bullrich por el accionar policial en Recoleta.
“En principio creo que ya dio su opinión, para nosotros es un tema terminado. Ya discutimos todo lo que tuvimos que discutir en el ámbito de este almuerzo. Las discusiones internas del partido no son de interés público. La Argentina hoy tiene muchos problemas graves, la inflación, los recortes”, agregó la exgobernadora.
Uno de los primeros en llegar al restaurante de Costanera fue el expresidente Mauricio Macri, quien lo hizo en compañía de su primo, el ministro de Gobierno porteño Jorge Macri.
Bullrich llegó junto al diputado por Santa Fe y vicepresidente de PRO, Federico Angelini. Al instante ingresó el diputado Cristian Ritondo y luego se sumaron Larreta, Diego Santilli y Humberto Schiavoni.
Con información de La Nación
Efecto Trump: las acciones argentinas perdieron hasta 12% y el riesgo país superó los 900 puntos