estadisticas gratis Willy Kohan: “Sigue el suspenso con la economía de Alberto” - Somos Nosotros
Último Momento

Willy Kohan: “Sigue el suspenso con la economía de Alberto”

By on 5 diciembre, 2019

En su habitual editorial en Somos Nosotros, por LN+, Willy Kohan se refirió al interrogante que genera el posible equipo económico que acompañará al presidente electo Alberto Fernández, sino “de qué se trata el plan económico del nuevo gobierno y cuáles serán finalmente las medidas y señales concretas que se anuncien”.

“Se mantiene hasta último momento el suspenso respecto del equipo económico de Alberto Fernández. No solamente los nombres definitivos en cada cargo, más allá de todo lo que ha trascendido, sino lo que parece más importante: de qué se trata el plan económico del nuevo gobierno y cuáles serán finalmente las medidas y señales concretas que se anuncien”.

 

“Las preguntas centrales que se formula el mundo económico son básicamente tres: cómo va a encarar la administración Fernández el tema de la deuda en pesos y en dólares que vence a partir del 10 de diciembre; hasta dónde va a afectar a las empresas y las familias la reforma impositiva que se viene; y cómo será la política de precios, tipo de cambio, salarios, jubilaciones, tasas de interés y tarifas para combatir el déficit y la inflación”.

“La cuestión de la deuda aparece como un tema central, imprescindible para frenar la desconfianza y la corrida contra el peso, que está anestesiada, pero no resuelta”.

“Para empezar a conversar, lo que todavía no está claro es si el nuevo gobierno llega con la decisión de evitar a toda costa un default y tratar de llegar a un acuerdo con el FMI y los acreedores negociando más plazo y alguna quita en los intereses futuros, o si la estrategia es dejar de pagar los compromisos al costo que sea para sostener el equilibrio fiscal en el no pago de la deuda como pudo realizar Néstor Kirchner entre 2003 y 2007”.

“Está claro que las situaciones no son comparables, y que coquetear ahora con el default podría agravar la desconfianza, ampliar peligrosamente la brecha cambiaria y complicar aún más la aceleración de los precios. Sería muy complicado intentar un desarrollismo en default, más difícil todavía aumentar la emisión monetaria para mejorar los ingresos de los sectores más castigados”.

“Muy distinto sería el panorama según la percepción que tengan los actores económicos respecto de la futura política con la deuda, tanto en pesos como en dólares. Una cosa es ir pagando los vencimientos que caen a partir del 10 de diciembre para evitar el default mientras se negocia en duros términos con los acreedores como reestructurar las obligaciones a futuro; otra muy distinta es anunciar una moratoria unilateral, negarse a pagar capital e intereses por dos o tres años, y denunciar al FMI por haber intentado financiar con deuda la reelección fallida de Mauricio Macri”.

“Los expertos en finanzas calculan que no son tan apremiantes los vencimientos en 2020 ni con el FMI ni con acreedores internacionales, que tienen bonos emitidos bajo ley extranjera que sería muy complicado defaultear. Consideran que no tendría sentido ir a una confrontación extrema con los acreedores como fue la característica del segundo mandato de Cristina contra la Justicia de Nueva York y los fondos buitre”.

“Pero nadie está seguro de nada. Las cotizaciones de los bonos argentinos, hoy entre 35% y 40% de paridad, están descontando un escenario muy pesimista. Aún peor al que surge de las propuestas que se le adjudican al economista Martín Guzmán, mencionado como futuro responsable de la negociación, ya sea como secretario de Finanzas, o directamente como ministro de Hacienda y Finanzas del futuro gobierno”.

“Los menos pesimistas suponen que se podría resolver sin tanta complejidad el problema. Argumentan que no hay vencimientos con el FMI en 2020 y que los bonistas que tienen títulos bajo ley extranjera perfectamente aceptarían postergar los pagos de capital y cobrar 50% de los intereses en los primeros años. El grueso de los compromisos en dólares y en pesos son instrumentos emitidos bajo ley argentina, lo cual facilita la reestructuración, que hasta podría salir por decreto sin necesidad de una ley. Quienes apuestan a este escenario, incluso recomiendan comprar los bonos argentinos que podrían subir de 40% a 55% de paridad ante las perspectivas de un arreglo, no de una batalla”.

“Si la Argentina no va al default y despeja la incertidumbre que generan los compromisos impagables sin emisión espuria en pesos de corto plazo, y sobre todo en dólares que no están, a partir de abril o mayo del año próximo el escenario económico parecería más manejable. Claro que resolver el drama de la deuda resulta una condición necesaria, pero no suficiente”.

“¿Qué pasará con los impuestos? Si se confirman todas las versiones que han circulado desde el 27 de octubre cuando ganaron Alberto y Cristina, parecería que otra vez el sector privado en la Argentina se enfrentará a un impuestazo histórico: llevar otra vez a 35% o más el impuesto a las ganancias, anular la rebaja de aportes patronales, aumento generalizado de retenciones, suba en las alícuotas de ingresos brutos, impuesto a la herencia y duplicar como mínimo el impuesto a los bienes personales, tal vez con mayores castigos al que mantiene ahorros en el exterior”.

“Más incierto luce el panorama respecto de la política de ingresos: dólar, precios, salarios, jubilaciones, tarifas y tasas de interés. Está claro que habrá un dólar controlado de comercio exterior, aunque se especula en el precio de arranque para el programa: si se lo mantendrá en torno de 60 pesos como lo dejará Mauricio Macri, o si se dispondrá una nueva devaluación, por ejemplo a 70 o 75 pesos, para poder aumentar los ingresos por retenciones sin ahogar a los exportadores”.

“Todo indica que se utilizará el Consejo Económico y Social con fuerza de ley para establecer una pauta inflacionaria descendente a la que se deberán someter todas las variables. Controles de precios se descuentan y tarifas reguladas, no congeladas. Acordar una pauta salarial para establecer algún límite con los gremios en las paritarias, todo sujeto a los controles de precios. La clave es desindexar el gasto público, para lo cual sería necesario lo más difícil: que las jubilaciones le ganen al aumento salarial y a la inflación futura, pero que no se ajusten al 60% de la inflación pasada, la de este año 2019. Para esto también se necesitarían facultades extraordinarias y emergencia económica, parte del paquete de leyes que serán tratadas en las extraordinarias ya convocadas desde el 6 de enero: regalos de Reyes”.