Una vez más los argentinos estamos en el drama de las cuarentenas, de los encierros y de las limitaciones a la vida particular, laboral y la actividad económica.
Probablemente, incluso escuchando las voces más moderadas de la patria sanitaria, tal vez no quedaba otra solución frente a esta situación tan complicada.
Llamó la atención que el Presidente le echó la culpa a la gente de lo que estaba pasando. No hubo ninguna referencia al evidente fracaso que atraviesa el Gobierno con el plan de vacunación.
Incluso en un momento el Presidente pareció advertirle a la gente que si siguen desafiando las cuarentenas, el Gobierno iba a actuar todavía peor.
Lo cierto es que llegamos a una situación bastante extrema que es un toque de queda nocturno, restricciones a las reuniones sociales y probablemente también restricciones a la actividad. Y atención porque hay que esperar la letra chica del decreto, hoy fueron sólo los anuncios.
Habrá que ver hasta donde llegarán las restricciones en el transporte público. Y habrá que ver hasta donde afecta lo que el Gobierno dice que no quiere afectar: educación, comercio y fábricas.
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