Nicolás, uno de los hijos del kiosquero Roberto Sabo, coincidió con su hermano Tomás, quien ayer había reconocido que se quiere ir del país tras el brutal asesinato de su papá el pasado domingo.
“Mi hermano dijo ayer que se quiere ir del país. Cuando pasó esto, con mi novia dijimos ‘nos vamos’. Antes dudaba porque decía ‘lo voy a dejar a mi viejo solo en el laburo’ y ahora me dejó solo él”, dijo Nicolás, minutos antes del comienzo del velatorio de su papá.
“Pedimos que se haga justicia y que verdaderamente marque algo lo de mi papá, que no sea una cosa más. Que se pudra en la cárcel y tenga su perpetua y que la chica también, porque ella sabía muy bien lo que estaba haciendo”, pidió en referencia al detenido, Leandro Daniel Suárez, y a su cómplice, una joven de 15 años.
Nicolás reveló que vivieron otros hechos de inseguridad: “Te pedían las cosas y se iban. Lo máximo fue que los encerraran en el baño y se llevaran las cosas del local, pero con esta frialdad que lo mataron no. Ellos sabían muy bien lo que hicieron porque se cambiaron (de ropa dentro de un supermercado), sabían que habían matado a una persona, hicieron varios delitos juntos, no tienen defensa”, sostuvo.
Los restos de Roberto Sabo son velados en una cochería Pache del partido de Morón y serán inhumados este miércoles por la mañana.
A las 17 llegaron a la casa velatoria Pedro Sabo, el padre de comerciante asesinado, junto con los dos hijos, Tomás y Nicolás, y la esposa de la víctima, en medio de un profundo dolor.
Violencia de género: citan a indagatoria a Alberto Fernández