La Confederación General del Trabajo (CGT) resolvió este jueves retirarse del “diálogo social” con el Gobierno y el sector empresario que había sido promovido en el marco del Consejo de Mayo.
Con esta decisión, la central obrera confirmó que no asistirá a la reunión tripartita que estaba prevista para el miércoles de la semana próxima.
Según trascendió, la reunión del Consejo Directivo en la sede de la calle Azopardo duró más de tres horas y, además, anticiparon que el 7 de agosto se plegarán a la movilización que las organizaciones sociales realizan todos los años a San Cayetano.
De este modo, los sindicalistas dejaron de lado sus marcadas diferencias para encolumnarse detrás del enojo con el Gobierno. El argumento fue que la gestión de Javier Milei avanzó por su cuenta con la reglamentación de la vuelta del Impuesto a las Ganancias y la nueva figura de colabores independientes para que empresas puedan tomar hasta tres trabajadores bajo el sistema de monotributo, dos cuestiones que integran la aprobada Ley de Bases y que cayeron muy mal en los sindicalistas.
“El Gobierno no ha dado respuesta a temas fundamentales”, sostuvo, el cotitular de la central obrera Héctor Daer en la conferencia de prensa posterior a la reunión.
Tampoco gustó que el Gobierno no diera ningún paso tendiente a retirar la apelación que hizo al amparo presentado por la CGT para declarar ilegal el capítulo de reformas laborales contenidas en el mega DNU, el cual sigue sin entrar en vigencia porque la central logró frenarlo en la Justicia laboral, detalló Daer.
“Habíamos quedado con el Gobierno en que íbamos a discutir la reglamentación, cuando el Gobierno luego reglamentó varios aspectos nocivos de la Ley de Bases”, agregó.
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