Además se avanzó en proyectos de software, plataformas inteligentes, gobierno digital y soluciones productivas.
Silicon Misiones cerró 2025 con un balance que posiciona a la provincia como un actor relevante de la economía del conocimiento en la Argentina. La entidad formó a más de 5.000 personas, impulsó más de 50 proyectos de investigación y desarrollo y puso en marcha un plan estratégico con horizonte a cinco años, en un contexto nacional adverso para la ciencia y la tecnología.
“La verdad fue un año muy productivo. Tuvimos un hito muy importante a nivel organizacional, que fue la creación de un plan estratégico para los próximos cinco años, y ya empezamos a trabajar en él con resultados muy positivos”, destacó la presidenta de Silicon Misiones, Alicia Penayo.
La funcionaria subrayó el impacto macroeconómico del sector: “La economía del conocimiento fue el tercer sector exportador en Argentina en los últimos años, después de la minería y la energía. Es realmente muy importante para el desarrollo”. En Misiones, explicó, ese crecimiento se expresa en tecnología aplicada al agro, la forestoindustria, la yerba mate y el té. “Lograr que un pino crezca más rápido en menos tiempo también es economía del conocimiento”, ejemplificó.

Además de la formación, Silicon Misiones avanzó en proyectos de software, plataformas inteligentes, gobierno digital y soluciones productivas a través de áreas como Vision Lab y Digital Factory.
“No se trata solo de capacitar, sino de generar innovación aplicada y acompañar a empresas y emprendedores«, afirmó Penayo, quien remarcó que el proyecto tiene una fuerte impronta provincial, con articulación público-privada y gestión orientada a resultados.
De cara a 2026, el desafío será profundizar la autosustentabilidad financiera y sostener la investigación. “Hoy Silicon se financia con fondos provinciales y privados. Una pausa en una investigación puede causar un daño profundo y hasta irrecuperable”, advirtió. No obstante, se mostró optimista: “Queremos más startups, más talento formado y un impacto real en la economía y en la vida de los misioneros, y también del país”.