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Karina Leguizamón, un obstáculo en las adopciones en la Ciudad

By on 12 julio, 2022

Karina Leguizamón es la presidenta del Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes de la Ciudad de Buenos Aires. Se presenta en sus redes sociales como mamá y abogada. Justamente el deseo de ser mamá o papá de miles de mujeres y hombres depende de su gestión. Pero revelan que “su manejo es arbitrario porque el organismo es descentralizado y no depende de ningún ministerio, se autogobierna”.

Leguizamón, quien está al frente del organismo especializado en infancia que tiene como finalidad promover, proteger y garantizar los derechos de todos los niños, niñas y adolescentes, responde al expresidente de Boca Daniel Angelici, según revela el periodista Beto Valdez.

Y el binguero está obligado a mantener a la gente que tiene en cargos estratégicos.

“Uno de los casos más polémicos tiene que ver con la dirigente peronista Karina Leguizamón, viuda del recordado Enzo Pagani, uno de los referentes angelicistas del PRO más respetados junto al legislador Martín Ocampo. Leguizamón, recomendada por Víctor Santa María, logró desembarcar en un área del Ejecutivo porteño muy requerida: el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes”, relata Valdez.

“La cuestión más sensible que tiene en sus manos es el manejo históricamente poco transparente de las adopciones. El organismo en cuestión es el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines Adoptivos (RUAGA)”, cuenta el periodista.

“Su manejo es arbitrario porque el organismo es descentralizado y no depende de ningún ministerio, se autogobierna”, le revelaron a Valdez respecto a la funcionaria y al manejo de las adopciones.

El periodista cuenta que no simpatizan con ella la mayoría de los exfuncionarias que conocen el área como María Eugenia Vidal o Carolina Stanley. Pero tiene a su favor no sólo el apoyo de Angelici, sino también de su esposa Inés Belloni, quien se insertó en la ayuda social, como asesora de Leguizamón y en la Fundación Unidos para Amar.

Resulta imprescindible destacar que el cargo de Leguizamón no es como cualquier otro. De ella depende un tema sensible, frágil, que marca la vida de toda persona involucrada en un proceso de adopción.

Leguizamón se defiende y habla de excusas de la sociedad para no hacerse cargo o para diferir responsabilidades y que la pareja que quiera adoptar un niño mayor a 5 años o un grupo de hermanos, gozará de un trámite veloz: 9 meses.

Según ella, el problema son los niños de hasta 2 años y sin hermanos. Sin embargo, su defensa difiere mucho de quienes reclaman algún tipo de control sobre su trabajo.

El interrogante pasa por saber quién controla la eficacia de su gestión ante tanta polémica y sospecha de adopciones poco claras.